18.11.08

LAURA DELGADO - CALDERO DE REMINISCENCIAS



CRITICA DE LA OBRA

El arte, el lenguaje de la pintura, como proceso de proyección de imágenes en la búsqueda de uno mismo, produce conocimiento. Esa transformación que vamos teniendo en el tiempo, desde lo concreto hasta lo espiritual y más trascendente obliga al artista comprometido a leerse, a hacer una mirada en el espejo.
Laura Delgado viene trabajando hace tiempo en este sentido. Para quien ha visto sus obras anteriores, sus figuras humanas, sus composiciones con objetos, sabe la utilización que ha hecho de un lenguaje plástico rico y un oficio acabado. Ahora, suma fuerte meterse en lo más profundo, lo esencial, la vuelta a ese mundo de la niñez.
Con un lenguaje despojado y claro, nos invade con sus “pequeñas paletas” sensibles, con bellas armonías, extremando contrastes con personajes-animales gigantes, jugando a la manera de una niña. Finos matices y vibraciones producidos a través de múltiples técnicas mixtas avanzan en sus pinturas haciéndole solo caso al Deseo y emocionándonos con el encuentro de sus dedos en contacto directo con la materia. Es la vuelta a su propia infancia, recorriendo la intimidad de lo más puro: la vivencia a través de la mirada de una niña de su propia gestualidad infantil. Sí, porque Laura refiere a si misma utilizando los que fueron alguna vez sus propias representaciones.
Desde el punto de vista del lenguaje, sostiene sus planteos expresivos a través de jugados planos geométricos de colores puros, sosteniendo siempre sus figuras, sus manchas informales, los chorreados y el ajusto formal y austero de su dibujo en apoyo a la expresión de ternura de sus niños y animales.
Vale la pena acompañar a esta artista que crece y se expone de este modo, con lo propio, con la tranquila certidumbre de lo verdadero, sin apuros exitistas, con lo que entiendo tiene sentido, que nos ofrece, a quien quiera ver, su intimidad y su talento. Gracias Laura!
Esmeralda Laclau